28 de octubre de 2012

“¡Escondan la semilla que llegó la policía!”


"El monocultivo es una esclavitud" (Fotografía: Nelosi)

Sanare, 27/10/2012.- La frase conclusiva del activista indígena colombiano Orlando Pamo Chaguala al final de su conferencia en el aula de la escuela de Monte Carmelo fue lapidaria: “No sé si el Comandante Chávez ha permitido los transgénicos, porque eso es el acabóse”.

Orlando Pamo es un sereno representante heredero de la cultura pijao. Proveniente de Tolima, en el centro occidente colombiano, agradeció en primera instancia el intercambio con los espléndidos anfitriones sanareños, expertos organizadores del Encuentro Internacional de los Guardianes de Semilla que transcurre en el caserío aledaño a Sanare, cuna de las Zaragozas, y que sin falta cada año reúne a los agroecologistas de todo el país. En esta edición especial, los agricultores venezolanos prestaron atención a las experiencias de lucha y resistencia que se viven actualmente en Colombia, con la criminalización de los indígenas y campesinos que defienden las semillas autóctonas.

Pamo es un agricultor y radialista perteneciente al Grupo Semillas, organización ambientalista que lucha por la defensa territorial de las culturas ancestrales, la protección de la biodiversidad y la soberanía alimentaria, tan cara a los pueblos indígenas del convulsionado país neogranadino.

-¿Cuál es la situación actual de los pueblos indígenas colombianos que luchan por sus territorios y el derecho al uso de sus semillas autóctonas?
- Actualmente vivimos una coyuntura muy difícil debido a la aplicación de los tratados de libre comercio que ha firmado el gobierno colombiano con diferentes estados del mundo. Nuestro gobierno ha hecho unas reformas en la parte normativa que le permite a las empresas transnacionales violar la soberanía de nuestro país. Es un andamiaje que va desde la parte jurídica hasta la parte punitiva que permite a las fuerzas militares arremeter en nuestra contra y así dar cumplimiento a las políticas globalizadoras que contiene la propuesta neoliberal. Estas leyes están criminalizando la producción agrícola y a los agricultores en Colombia. Por ejemplo, el artículo 4to de la Ley 1032 del 2006 que criminaliza a los agricultores por sembrar semillas de las empresas sin autorización y también las semillas parecidas o que puedan confundirse con una semilla protegida legalmente. Por estas leyes han sido retenidas las semillas, han sido quemadas y enterradas. Hemos sido judicializados y nos aplican desde 1 hasta 10 años de cárcel según esta ley. La resolución 970 del 2010 del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) que ejerce el control fitosanitario, permisos y patentes, lo convierte en un instrumento para perseguir, volver ilegal y criminalizar el uso de semillas nativas criollas por los agricultores y exige que sólo se pueda utilizar semilla certificada y registrada.

- ¿Cómo opera este proceso de judicialización?
- La resolución establece que de 5 hectáreas en adelante usted tiene que tener semillas certificadas, y estas son parte del paquete tecnológico que nos venden. Eso implica que le dan las semillas, el crédito, los insumos, pero tiene que comprar obligatoriamente estas semillas, no puede utilizar otras. Al firmar el contrato con la empresa transnacional el campesino acepta las cláusulas que determinan qué es lo que tiene que hacer: esa semilla sólo puede utilizarla una sola vez, no puede venderlas a otros, es decir, no puede comercializar si no con quien la transnacional indica. Esto hace parte del paquete de acuerdos que firmó el gobierno colombiano al aceptar los tratados de libre comercio, y quien trate de vender o utilizar las semillas en una segunda cosecha, ya está violando estos acuerdos. Allí es donde le cae la justicia, llega la policía, lo persigue, decomisa la semilla, la quema y la entierra y el transgresor puede ir a la cárcel.

-¿Cuáles son las estrategias que se han planteado los grupos indígenas para poner fin a esta criminalización?
- Inicialmente con las comunidades indígenas en las que nací y hago vida, estamos haciendo uso de los 13 artículos de la Constitución Nacional que nos favorecen, al igual que algunos tratados internacionales. Por esa parte hemos hecho algunas propuestas interesantes como declarar algunos territorios libres de transgénicos, trabajamos la parte pedagógica interna en cada uno de estos resguardos indígenas, bajo la parte que tenemos como educación étnica. A nivel general hemos hecho algunas denuncias internacionales, tenemos varias demandas sobre estos aspectos y le hemos exigido una consulta previa como lo ordena uno de los convenios internacionales de la OIT. Las transnacionales ya acusaron recibo de nuestra de manda y están buscando conciliar para hacer una consulta previa con los representantes de las comunidades indígenas afectadas que saben que no retrocederemos. Hicimos  llegar algunas documentaciones a la Corte Constitucional para que revise y detenga estas leyes, algunas de ellas aún no se aprueban. Además, hemos estado en constante movilización desde el 4 al 12 octubre, una semana de la Dignidad que nosotros hemos llamado de la Indignación. Nos movilizamos no sólo por la parte agrícola, sino contra la locomotora minera extractiva de los recursos naturales que trata de aliviar las dificultades que vive el mundo capitalista debido a las crisis económicas que está viviendo esta propuesta. Vinimos a Monte Carmelo a denunciar esto, no es fácil para nosotros, por lo que debemos llamar la atención a los gobiernos de avanzada en América Latina, porque las transnacionales no se contentan con estar allí al lado (en Colombia). Ellas están trabajando para llegar a los diferentes gobiernos y pueblos de Latinoamérica porque no se hastían de tener todas las riquezas en sus manos. Creemos que los países avanzados y sus políticas deben defender al pueblo, hacer propuestas desde la base, para que no sean objeto en un momento dado de aniquilamiento por estas propuestas corruptas, indecentes y totalitarias del capital transnacional y del neoliberalismo.

-¿Cuál es su evaluación del encuentro de los Guardianes de la Semilla que se realiza en  Monte Carmelo y cómo contribuye a la articulación de nuestras luchas?
-Me parece que el hecho de que esto se haya hecho en Venezuela es muy importante porque está en proceso de consolidación una propuesta socialista que para nosotros es un ejemplo de los cambios estructurales de Estado. Este evento sirve para unirnos más y tratar de construir escenarios que propicien la soberanía y la autonomía de nuestros pueblos. En la coyuntura actual de nuestro país, algo importante son los diálogos que han empezado a darse entre la insurgencia colombiana y el gobierno de Juan Manuel Santos, que sabemos que son dos propuestas totalmente diferentes y que no sabemos a ciencia cierta a qué puerto pueden llegar, porque tenemos una economía y unos suelos totalmente concentrados en pocas manos, y no va a ser fácil que en la mesa se puedan dar cambios estructurales. El pueblo colombiano se está moviendo con las diferentes organizaciones para hacer que esa mesa de diálogo permita hacer cambios hacia una sociedad más equitativa, igualitaria en el sentir y en el decir de la palabra. (LVSV/Diana Ovalles Márquez)

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